La vida no deja de sorprenderte. Basta ir cumpliendo años para recibir galardones impensables. Y si no comprenden de qué les hablo, compartan mis reflexiones.

Siempre me he considerado “un desertor del arado” o, como dice una de mis canciones, “yo soy un hombre del campo”. Y desde ese punto de vista, no deja de sorprenderme recibir un premio tan vinculado a la vida universitaria.

Pero es suficiente un análisis, benévolo eso sí, para entender las claves y motivos.

En mi infancia mi padre impuso la educación musical y, en mi caso, el instrumento elegido fue el laúd. Más adelante, en plena juventud, conquisté a la mujer de mi vida de la manera más propia, es decir, cantando. A lo largo de mi carrera me he ganado la vida recorriendo el mundo con la alegría de mi música. Y hasta he vestido capa y traje de tuno en alguno de mis espectáculos.

Además, no dejaría de ser la compensación por las veces que las tunas se habrán ganado unas pesetillas con “El porompompero”, “Madrecita” o “Y viva España”.

O quizá no sea necesario elucubrar tanto y simplemente habrán pensado: “¿A quién podríamos elegir que sea muy querido en Murcia y que, a su vez, quiera tanto a esta bendita tierra?”... Y les ha salido mi nombre.

Pues bien, es un privilegio y un honor ser vuestro padrino. Os lo agradezco de corazón.
¡¡ Viva Murcia y Viva la Tuna !! Muchísimas gracias.
MÓNICA MARTÍNEZMANOLO ESCOBAR
cantante
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